miércoles, 14 de julio de 2010

PARÁBOLA LOS DOS ÁRBOLES

PARÁBOLA LOS DOS ÁRBOLES

Habitaba un sembrador un bosque y contemplaba un hermoso árbol... ¡el más grande árbol del bosque!. Tomó semillas de ese árbol, y plantó dos árboles igualitos, para que igualmente crecieran, e igualmente embellecieran el bosque. Mas los árboles parecían ser enanos... no crecían, no crecían... no brotaban ramas. Habían crecido muy poco y se habían quedado estancados, y no había ninguna forma de que crecieran los árboles.

El hombre aterrado, miraba los árboles y contemplaba el inmenso árbol del que venían los frutos, y se preguntaba: "¿Por qué este par de árboles, han quedado atrofiados?". Entonces se paró frente a ellos y les gritó:

-¿Por que sé han quedado tan chicos, si su semilla viene del más grande árbol del bosque? ¿Por qué no crecen sus ramas y crece su tronco? ¿Por qué no embellecen ustedes este bosque?

Y los árboles le contestaron: - Porque nos has sembrado muy cerca uno del otro, y nuestras raíces se han quitado respiración. Porque se han enredado entre ellas y se han obstaculizado su propio crecimiento. Levanta cada árbol y sepáralo, para que tenga cada uno, el espacio necesario para que sus raíces se extiendan, y así, puedan crecer los tallos y crecer las ramas. Y crecer ¡tanto!, que las ramas cerca al cielo se abracen y se entrelacen. Mas permite que las raíces tengan su propio espacio, y no se quiten ni se roben el aire.

Cuando desees crecer en la tierra, permite que tu raíz tenga su propio espacio, y permite que tu raíz pueda respirar lo suficiente.

Mas no busques ahogar otra raíz, porque también se ahogará la tuya, y no crecerás lo suficiente que necesitas crecer, para acariciar el rostro de Dios con tus ramas.